Yo me estaba preparando para ver la media naranja y luego la Patricia, y como eso afecta a la claridad mental, pues así sin pensarlo mucho, contesté que sí a un mensaje de “vamos a bicicletear”.
Teniendo en cuenta que no cogía la bici desde diciembre, me tocó hinchar las ruedas (a mano), con lo que antes de empezar ya estaba para volverme al sofá... pero no!
Segundo paso, ir al lugar de la quedada y esperar, porque aunque parezca imposible, llegué pronto (ya sabéis, tenéis que hacerme ir a los sitios en bici, que calculo mal y llego antes). Mientras estaba allí, sentada en la acera (al cansancio de hinchar las ruedas hay que añadirle el del kilometro de camino) un ciclista semi-profesional se abrió la cabeza (lo justo para perder un par de litros de sangre y conseguir que todo el que pasara por la rotonda hiciera el ceda para poder chafardear). Eso, ya da mal rollo para empezar la tarde, pero ya he dicho que el tío era semi-profesional: de cintura para arriba llevaba un maillot muy amarillo y muy ajustado, pero de cintura para abajo, el patán llevaba chanclas (sólo por eso, que se joda).
En fin, poco más que comentar hasta el momento regreso. Justo cuando decidimos volver *-&%$?# (así es como suena una rueda reventada, qué lo sepas). Siguiente paso, caminar 5 kilómetros (en mi caso bicicletearlos a 2,6 por hora).
Por cierto, los humanos han mandado naves a Marte y ¿nadie ha sido capaz de hacer un sillín en condiciones?... por lo menos, no tengo agujetas, menos da una piedra.
De fondo, The Collection de Alanis... sigo desgastando este cd. Para más información consulta otros posts anteriores, que hoy ya he hablado demasiado.