28 julio 2008

Nuevos horizontes

Como algunos de vosotros sabreis (algunos lo sabreis más que otros) hace tiempo que paseo por el territorio nacional y parte del extranjero (sólo en misiones laborales) el libro de teórica de la moto, los tests e incluso una libretilla con apuntes (la misma que usé para el coche, no te vayas a pensar). De vez en cuando me da la neura, hago tres o cuatro tests, me aburro y vuelvo a dejar todo el arsenal perfectamente olvidado en el fondo de mi maleta.

Eso en cuanto a la teoría, pero la práctica es algo totalmente distinto... mi relación real con las motos es incluso más reducida que la teórica (en un año y pico paseando el libro una ya le toma apego), y puede resumirse en haber ido de paquete menos de diez veces (que quien dice diez, dice cinco) en toda mi vida. Hasta ayer, cuando un inconsciente decidió dejarme su moto, una Honda CB 250 que pesa un huevo (para enterarte de como conozco este detalle sigue leyendo).

Lección numero 1: el casco. Vale, esta es fácil, además me la sé de los karts.

Lección número 2: subir a la moto. Bueno, esto es como la bici pero más ancha y más cómoda. No está mal.

Lección número 3: indicadores, mandos, cambio de marchas (ya están flipando)... Ufff... demasiada información para un domingo por la tarde, pero controlado.

Lección número 4: arranca y tira.

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¿Qué carajo de número es la lección donde te eseñan a parar la moto?

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Demasiado tarde, ya estás en marcha.

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No sé cómo la moto está parada...pesa...pesa...se ladea... está muy de lado... está... en el suelo... yo estoy un poco debajo de la moto... pesa un huevo...

Resultado total de la operación: una maneta del embrague rota y un amatoma (chiquitistán) en los riñones. Aprender a conducir un coche no resultó ni tan accidentado ni tan doloroso.

20 julio 2008

En resumen

Todo lo que empieza se acaba, y lo bueno más rápido todavía. Y cuando acabe de escribir esto me voy a la ducha y mis vacaciones se habrán terminado oficialmente. Pero no me quejo.

- He ido a Florencia.
- He ido a Estocolmo.
- Acabo de darme cuenta de que Florencia y Estocolmo tienen las mismas letras.
- Me he ido de retiro espiritual.
- Me he leído el libro del niño con el pijama de rayas.
- Le he comprado 2 entradas a la Señora, para 2 conciertos distintos (aunque una tiene que llegar por correo y no me fío un pelo).
- He ido al teatro a ver a Anabel Alonso.
- En estas vacaciones, incluso la selección ha tenido tiempo para ganar un título.
- He hecho otras cosas que tampoco necesitas saber.

Y ahora me voy a la ducha. Buenas vacaciones para ti también.

16 julio 2008

Subidón, subidón, subidón


Sólo 2 días después de por fin poder comprar las entradas para Niza, Madonna va y confirma concierto en España. Será el 18 de septiembre como inicialmente se había dicho, pero ni en Barcelona como había confirmado El Periódioco de Catalunya (¡qué bocazas que sois!), ni en Alicante como se le había escapado al alcalde de la ciudad saliendo de una cena (un poco chisposillo, quizás). Para que nadie se pelee se queda en medio, como el jueves, en València.

Así que por fin está confirmado, tenemos Sticky & Sweet Tour en España, y yo personalmente espero tenerlo por partida doble, aunque hasta que no tenga las entradas para ambos conciertos en la mano no confirmo nada (qué yo no trabajo en El Periódico, ni soy alcaldesa, ni nada).


14 julio 2008

Stockholm

Después de un montón de años esperando para ir a Estocolmo, ya he vuelto y todo. A diferencia de lo que últimamente me estaba imaginando, no es como Amsterdam (¡Estocolmo me ha gustado!).

Pero he venido sin palabras, me traigo una imagen. Sólo una. El ayuntamiento de Estocolmo visto desde la sala de fumadores del hotel, un barco en realidad, así que en efecto, avispado lector, esa sala es un balconcillo a la intemperie (¡vivan las vacaciones en verano!).




A las 2.17 de la mañana del sábado "La Foto" era esa. Yo creo que es el amanecer, pero el hecho de que no se haga de noche complica bastante la tarea de decidir en que momento deja de anochecer para empezar a hacerse de día.

Además de esa pedazo de Foto. Vengo con 227 kilómetros y 300 metros caminados Gamla Stan para arriba, Strandvägen para abajo; unas cuantas compras en koronas (que con la tontería del leuro no cambiaba moneda desde que fui a Italia en el 99); y con 3 latas de sidra sueca de fresa y frambuesa que se me van a terminar muy pronto, y voy a empezar a echar de menos en menos tiempo si cabe.