31 diciembre 2008

Balance del año

A estas alturas del año, lo que toca es hacer balance de los que nos han traído los últimos 12 meses. Si quito el trabajo (que no me interesa lo más mínimo ya) me quedan los viajes y la música, así que puedo resumir mi año en:

Por una parte:
- Irlanda: el primer viaje del año se hizo esperar hasta abril.
- Milano: no comment.
- Florencia.
- Estocolmo.
- Niza: con Mónaco y Cannes (como las estrellas de Hollywood).
- Cuenca: descenso al mundo terrenal después del glamour del punto anterior.
- Dublin.
- Bournemouth: primera vez en suelo británico.
- Venezia: despediada del año viajero, organizada como quien no quiere la cosa.

Por el aspecto musical:
- Bon Jovi: el primer concierto del año se hizo esperar aún más que el primer viaje, hasta junio, en este caso.
- Madonna.
- Madonna.

Año escaso en cuanto a conciertos, pero los que han sido son de los que valen la pena. De momento, el 2009 trae a The Killers, mi descubrimiento del 2008.

28 diciembre 2008

De vuelta a la realidad

Ya hace 12 días que volví a trabajar después de las vacaciones, pero han sido un poco diferentes, así que aún no he entrado en la dinámica de trabajo. A partir de hoy y hasta el día 13 de enero voy a hacer 5 viajes y a descansar sólo un día, así que supongo que cogeré el ritmo a la fuerza.

¿Qué tal has sobrevivido a la Navidad? Ánimo que ya sólo queda la mitad. Yo cumplí en Noche Buena y en Navidad, pero como pasar tres días seguidos con la familia me pareció exagerado e innecesario (además de insano), en San Esteban (informo a mis lectores no catalanes que aquí también se celebra el 26 con comilona y reunión familiar) me escapé a Venezia, donde me he librado de lluvias, granizadas y familiares.

Ayer a estas horas estaba en Venezia, mañana estaré en Málaga, pasado en Barcelona y al otro (fin de año), todavía, no sé si en Málaga o en Granada... buena última semana del año para ti también.

16 diciembre 2008

Depresión post-vacacional... otra vez

Me quedan apenas 3 horas de vacaciones, y casi 2 meses hasta los próximas, y aunque eso pueda no parecer nada, a mi, en este momento, me parece un mundo.

Pienso en lo que me espera, y me da, más o menos, igual el viaje, los compañeros, los viajeros, el no volver a casa hasta dentro de un día y medio (menos mal que empiezo con un Cádiz y no con un Vigo)... Pero hay 2 momentos que me dan pereza por encima de todo. Uno llegar al trabajo. Hacer el camino entre el aparcamiento y la oficina, entre la oficina y el tren, y la hora que pasa hasta que mueven el tren camino de la estación. Y segundo, no me apetece nada tener que estar, a las 4 de la madrugada, pasando frío en una estación perdida en medio de la provincia de Ciudad Real, durante 20 minutos.

Recuerdo que en algún momento no especialemente lejano me encantaba este trabajo. Pero soy incapaz de recordar por qué, así que si tú tienes la más mínima idea refréscame la memoria. La otra opción es que me ofrezcas un trabajo que me de dinero y tiempo libre para poder viajar (tampoco pido tanto, ¿no?).

Y encima, la Navidad de las narices a la vuelta de la esquina.

10 diciembre 2008

De paseo por las Islas Británicas

El jueves por la mañana volé a Dublin, donde he pasado caminando horas, y horas, y horas, y más horas. Una visita a Windmill Lane, la calle donde estuvieron situados los estudios de grabación que vieron como los U2 daban sus primeros pasos. Liffey arriba, Liffey abajo. Visitas varias a todas las tiendas de discos posibles, para acabar comprobando que la más interesante de todas las que conocía allí, ya no está. Pinta de vintage cider en Temple Bar con música en directo, como de costumbre por aquella zona. Y alguna otra cosilla que no viene al caso (tampoco te pienses que aquí lo voy a contar todo).

Y el sábado por la tarde, demasiado pronto, como siempre que me voy de Dublin, vuelo a Bournemouth. ¿Qué no sabes donde está eso? No te preocupes, hasta hace un mes yo tampoco lo sabía, pero allí van los vuelos más baratos. Cena y, ya que es sábado, un poco de fiesta, pero como esto es Inglaterra, y no España, justo cuando te has terminado la primera pinta cierran los bares y te mandan a dormir... menos mal, porque si no ¿quién madruga el domingo?

5 horas después hacemos como que nos despertamos, y 2 más tarde conseguimos meternos en el coche camino de Stonehenge (ese monumento megalítico menos antiguo que el mencionado en el post anterior). Como pagar 6 libras por ver unas piedras en el campo nos parece un poco excesivo, decidimos que la valla no está suficientemente alta como para disuadirnos de saltarla. Una de las conservadoras del recinto nos informa muy amablemente de que esa no es la entrada, que tenemos que dar la vuelta y entrar por el otro lado de la carretera. Le agradecemos la información y pagamos religiosamente las 5 libras que cuesta la entrada con el descuento de estudiante (que ninguna de las 4 tiene en realidad).

Después de un recorrido muy instructivo alrededor de las piedras de casi 2 horas, nuestros estómagos requieren cierta atención y conducimos hasta Salisbury, donde, entre la comida y el café, nos apalancamos hasta las 5 de la tarde, que en esta latitud equivale a las 10 de la noche del mundo real. Levantamos el chiringuito, conducimos hasta Southampton (desde donde salió el Titanic). Una muralla, una pista de hielo, una iglesia, un Ikea y un Toys'r'Us. Aparcamos. Medio paseo. Vuelta a Bournemouth, con caravanón incluido, cena, pub y a la cama.

Y, para acabar con el fin de semana, el lunes damos un paseíto por Bournemouth, previa ingestión de un English breakfast de esos ligeritos que se toman ellos, cuatro fotos en los acantilados y en la playa, y al aeropuerto. Y a buscar una gasolinera. Y al aeropuerto. Y a Murcia... nos cambiamos de cola, y a Girona (ahora sí).

06 diciembre 2008

La Triple Espiral

Newgrange es una tumba colectiva situada en el actual condado de Meath, en la costa este de Irlanda. Data del año 3.200 a.C., lo que significa que este monumento del Neolítico es más antiguo que Stonehenge, en Inglaterra, o las Pirámides de Giza, en Egipto. Allí se han encontrado entre otros símbolos y laberintos, varias representaciones de la Triple Espiral, en la piedra de entrada al templo y en la cámara del mismo.

Para los celtas, el 3 era un número especial; consideraban que las cosas importantes vienen en tres fases, y creían que la vida se mueve en círculos eternos que se regeneran en cada punto. Y aunque no se sabe con certeza el significado de este símbolo, se le han otorgado numerosas interpretaciones:

- Cuerpo, mente, alma.
- Fuerza, honor y fortaleza.
- Pensamiento, palabra y hecho.
- Tierra, mar y aire.
- Las tres fases de la luna: llena, menguante, y creciente.
- El ciclo de la vida: nacer, morir y renacer.
- Las estaciones del año (los celtas sólo distinguían tres).
- Pasado, presente y futuro.

Así podríamos seguir hasta el infinito, relacionando aspectos que se ajusten a la triplicidad. Una de las teorías nos habla de la representación de la Triple Diosa, Brighid, que según la mitología irlandesa era hija de Dagda, y tenía otras dos hemanas, también llamadas Brighid. La Triple Diosa es la representación de los tres aspectos de la feminidad: la virgen, la madre y la anciana, representada, ésta última, como bruja (maiden, mother, crone). La mitología irlandesa llama
Fodla, Éiru y Banba a estas tres diosas patronas de la isla. 

Y cuando San Patricio llegó a Irlanda, consiguiendo evangelizar la isla, cosa que no habían logrado ni los romanos, se apoderó también de este y otros símbolos, decidiendo que la Triple Espiral representaba la Santísima Trinidad de El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

03 diciembre 2008

Preparándome para lo bueno

Primera quincena de diciembre y, de nuevo, vacaciones (no es una queja, te lo aseguro). Algo más cortas esta vez de lo que me había acostumbrado en las anteriores, pero vacaiones al fin y al cabo.

Y para no perder el hábito, ya estoy haciendo la maleta, para visitar otra vez la capital de la República de Irlanda. Donde parece no me va a hacer mal tiempo del todo (anuncia nubes, aunque no mucha lluvia, y eso ya es mucho en aquella zona) aunque sí un frío de ese que hace al grajo volar bajo.

Y ya de paso, de vuelta, me paso por el sur de Inglaterra, donde el único plan concreto es visitar Stonhenge, y supongo que algún que otro pub local. Ya se verá.