Ya estoy de vuelta. De vuelta de Linares, de Lugo y de A Coruña. Y por fin mañana tengo... ¡1 día de descanso!... después de 3 viajes (están que lo tiran).
Ya estoy de pleno en ese estado permanente de no saber el día de la semana en que vivo, y saber el del mes porque lo pone en los billetes. De momento, por lo menos, aún soy consciente de en que ciudad estoy cuando me despierto, pero todo llegará...
Por no haber no hay ni historias del tren para contar. O, realmente, la gente ha evolucionado o mi relación con los viajeros se ha reducido hasta la estrictamente necesaria (creo que es la segunda, porque ya dije que no creía tanto en la raza humana).
Por lo menos, este año he empezado a pasármelo bien pronto (así tengo más tiempo). El martes por A Coruña fue de coña. Nos acoplamos mi compañero y yo con unos cuantos que no conocíamos de nada y ¡hala!, de tapas y lo que surja. Lamento comunicar que mi periodo de abstinencia acabó en ese preciso momento, pero volvió a empezar cuando llegué al hotel, se siente.
Lo dicho, mañana tengo descanso, así que aprovecharé para ir a la Universidad a convalidar los cerditos de libre elección y tramitar la solicitud del título, a ver cuanto me sablan (es todo un contratiempo para mi nefasta economía esto de haber acabado la carrera).
En fins... próxima estación Vigo, pero eso es otra historia y será contada en otro momento. De fondo el Bury The Hatchet (1999) de The Cranberries.
Ya estoy de pleno en ese estado permanente de no saber el día de la semana en que vivo, y saber el del mes porque lo pone en los billetes. De momento, por lo menos, aún soy consciente de en que ciudad estoy cuando me despierto, pero todo llegará...
Por no haber no hay ni historias del tren para contar. O, realmente, la gente ha evolucionado o mi relación con los viajeros se ha reducido hasta la estrictamente necesaria (creo que es la segunda, porque ya dije que no creía tanto en la raza humana).
Por lo menos, este año he empezado a pasármelo bien pronto (así tengo más tiempo). El martes por A Coruña fue de coña. Nos acoplamos mi compañero y yo con unos cuantos que no conocíamos de nada y ¡hala!, de tapas y lo que surja. Lamento comunicar que mi periodo de abstinencia acabó en ese preciso momento, pero volvió a empezar cuando llegué al hotel, se siente.
Lo dicho, mañana tengo descanso, así que aprovecharé para ir a la Universidad a convalidar los cerditos de libre elección y tramitar la solicitud del título, a ver cuanto me sablan (es todo un contratiempo para mi nefasta economía esto de haber acabado la carrera).
En fins... próxima estación Vigo, pero eso es otra historia y será contada en otro momento. De fondo el Bury The Hatchet (1999) de The Cranberries.
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