La Semana Santa sigue casi tan aburrida como empezó, se supone que tenía que hacer muchas cosas de la Universidad (con eso de que es el último semestre de la carrera), pero lo más útil que he hecho ha sido cambiarle las cuerdas a la guitarra.
El jueves fue un día muy extraño, y como no tengo del todo asimilado lo que pasó ya lo explicaré otro día (cuando esté segura de que va en serio, porque a pesar de todos los comprobantes, yo no me lo creo).
El viernes fue la resaca del día “D”. Y hoy es la resaca del día después del día “D” (como puede ser que ir al cine y a la playa me deje tan hecha polvo). Me voy a ver si ceno algo, y me voy por ahí, porque la sidriña que llevo en el cuerpo no puede desaprovecharse viendo Salsa Rosa.
De fondo la Reina, la Más Grande (la Jurado, no!), la Señora... estoy empezando a mirar el Confessions On A Dance Floor con otros ojos (o a escucharlo con otros oídos)... Qué grande eres Madonna, hija.
El jueves fue un día muy extraño, y como no tengo del todo asimilado lo que pasó ya lo explicaré otro día (cuando esté segura de que va en serio, porque a pesar de todos los comprobantes, yo no me lo creo).
El viernes fue la resaca del día “D”. Y hoy es la resaca del día después del día “D” (como puede ser que ir al cine y a la playa me deje tan hecha polvo). Me voy a ver si ceno algo, y me voy por ahí, porque la sidriña que llevo en el cuerpo no puede desaprovecharse viendo Salsa Rosa.
De fondo la Reina, la Más Grande (la Jurado, no!), la Señora... estoy empezando a mirar el Confessions On A Dance Floor con otros ojos (o a escucharlo con otros oídos)... Qué grande eres Madonna, hija.
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