12 marzo 2006

¿No sé si será un poco pronto?

Mi sobrino, a sus 4 años y medio, está empezando a ser un fan de Tim Burton. Empezamos con Charlie Y La Fábrica De Chocolate (cuando cree que no le estás mirando baila como los Oompa Loompas). Luego, vio la portada de Pesadilla Antes de Navidad:
-Me la pones.
-Vale, pero si luego te da miedo y te meas en la cama, yo no me responsabilizo.

Pero va a ser que no, no le dio miedo, incluso le gustó, con sus extras y todo. Así que durante un mes, cada vez que llegaba del colegio:
-Me pones la del Rey de las Calabazas.
-Pero si la viste ayer... ¿Quieres ver el Charlie? ¿Y la Historia Interminable?

Pues va a ser que no. Cada lunes y cada martes, ¿qué toca? Eso, Pesadilla Antes de Navidad, y luego “la del niño que su madre le dice que vaya a jugar con otros niños” (también conocido como Vincent). Y luego “la del perrito” (Frankenweenie). Y luego... luego El Diario de Patricia, ¡un poquito de por favor!

Visto lo visto, he comprado refuerzos, La Novia Cadáver, con un montón de extras y en una edición muy guapa cuya mayor utilidad será el placer del susodicho mientras destroza la caja metálica (ya lo ha intentado). Qué ganas tenía ya de volver a verla, porque lo de ir al preestreno está muy bien, pero luego tardas más que nadie en repetir.

Y La Gran Aventura de Pee Wee, opino seriamente que este... iba a decir hombre (pero creo que sería demasiado generosa), necesita un hervor. La primera película de verdad de Tim Burton, que ya apuntaba maneras, y que se deja ver muy bien.

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