02 septiembre 2010

India II

Dia 17 (miercoles 1):

Pushkar es chiquitito y no hay demasiado que ver, asi que es un buen lugar para descansar y hacer actividades alternativas, como una clase de musica. De todas las opciones planteadas (armonio, sitar, tablas...), la mas oportuna teniendo en cuenta que solo iba a ser una clase de una hora ha sido la de
tablas. Las tablas son dos tambores independientes (uno mas fino y el otro mas regordete) que se tocan a la vez, con las manos, como una especie de bongos. El ayudante de maestro, muy optimista el, ha intentado que tocase una cancion, pero yo he decidido que el paso numero uno era aprender a colocar las manos... bueno, de hecho, solo la mano derecha, porque tambien yo, al margen del maestro, he decidido que la mano izquierda la incorporare a partir de la segunda leccion (si es que alguna vez llega a tener lugar). Una hora despues, he conseguido que mis dedos sepan donde es fuera y donde es dentro, y que la mayor parte de los golpes vayan al lugar correspondiente, o por lo menos a un lugar donde el sonido producido se parezca al correcto.

Por la tarde, hemos visitado el templo de Brahma, uno de los pocos del mundo. Brahma es el creador todopoderoso de la religion hindu. Quedo con Sarasvati en el lago Pushkar, pero como ella le dio planton el se caso con otra. La primera se pico y dijo que solo aqui iba a ser venerado (o algo por el estilo). Para entrar a los templos hay que quitarse los zapatos, y en la taquilla donde se dejan un ninyo se autoproclamado nuestro guia por el templo. Nos ha colocado un paquete con flores en la mano, nos ha ensenyado todos los rincones, a Brahma, a su segunda mujer, a Ganesh, las vistas desde el templo, a un maestro hinduista muy importante, se ha colocado las gafas de sol y al
gath de Brahma. Los gaths son los lugares sagrados al lado de los rios o en este caso el lago, donde los hindues llevan a cabo sus rituales. Alli nos han sentado en las escaleras que bajan al agua nos han dado una bandeja con flores, color rojo, amarillo, arroz, una cuerda y agua del lago, nos han hecho repetir unos mantras, y nos han informado de que cada uno se paga su propio karma, que como minimo minimo minimo son 200 rupias (4 aurelios) por persona, aunque los espanyoles suelen pagar 10, 20 o 30 euros (si que les sobra pasta a los espanyoles)... nosotras vamos muy mal, porque en el bolsillo solo tengo 220 rupias y somos 2. Asi que con una pulserita de colores y un karma espantoso hemos dado por concluida nuestra visita al templo de Brahma.


Dia 18 (jueves 2):

Hoy es el dia del nacimiento e Krishna, asi que en algun lugar lo estan celebrando de lo lindo, como esta es la ciudad de Brahma, aqui no hemos visto nada especial. Por la manyana, aprovechando que estaba medio nublado y no hacia demasiado calor (debemos estar solamente a 35 grados) hemos salido de excursion al templo de Sarisvati, que esta en lo alto de una montanyita, al final de un camino de 700 escalones (yo no los he contado, pero me fio).

Por la tarde hemos dejado pasar el tiempo con un te primero y un chai despues encima de la mesa.


Dia 19 (viernes 3):

Nueva ciudad: Udaipur, segun los autoctonos, la ciudad mas limpia de Rajastan (no les falta razon, apuesto a que tambien lo es de toda la India). La ciudad esta a la orilla de un lago de color verde, porque el fondo esta cubierto de hierba, el Pichola (que significa detras de la ciudad). Tiene el Palacio mas grande de Rajastan, el palacio de invierno, y tambien tiene el de verano, el de primavera, el de verano, el divertido y la casa de las lunas de miel (cosas de Maharajas). Uno de esos palacios es ahora un hotel de esos que no podemos permitirnos, y que ocupa toda una isla en medio del lago.

Para la hora de la puesta de sol, hay un teleferico que te lleva a la cima de una montaña (he conseguido un teclado con ¨Ñ¨), desde donde puedes ver como el sol se esconde detras de una montaña tiñendo de dorado todo el lago con sus islas y sus palacios.


Dia 20 (sabado 4):

Como ya estamos familiarizadas con el mundo del ferrocarril en la India, decidimos aventurarnos en el de los viajes en autobus (eso, y que entre Udaipur y Jodhpur no hay tren). Una aventura en si misma. El bus tiene que salir a las 14, pero si a las 13.30 pasa uno, pues ahi que te empaquetan; el cobrador que saca el maximo partido al viaje y vende las camas como 2 ó 3 plazas, total, es de dia, la gente viene dormida de casa; las carreteras que son nefastas; el conductor que ha decidido que va a adelantar al bus de delante, aunque la anchura de la carretera de para dos vehiculos bastante justo y el del bus de delante haya decidido que no va a ser adelantado; que cuando por fin lo consigue (20 minutos despues) se pone en paralelo y empiezan a gritarse; las paradas reglamentarias que se reducen a 5 minutos de reloj en 7 horas de viaje; la ultima parada que es en una acera en medio de nungun sitio, y lo peor de todo, que es ahi donde te esta esperando el del rickshaw que manda el hotel.


Dia 21 (domingo 5):

Vuelve a llover. Nos prometen que en 2 horas parara. Tarda un poco menos en redicuirse la intensidad, pero casi no para en todo el dia. Le dedicamos la mañana al inmenso fuerte, con una audioguia en condiciones, no una de esas grabadas por Apu. Y decidimos aventurarnos en el maraviloso mundo de la comida hindu. Yo ya he cumplido con el thali, una bandeja con 6 cuencos de distintos sabores y varias toritas de pan para mojar (el mas bueno de los 6 eran las lentejas con sabor a canela, asi que imagina como eran los otros). Para merendar un lassi de azafran (de este si que voy a repetir), una especie de yogurt de sabores varios. Para seguir con la integracion, por la tarde nos tomamos una cervecita hindi (no estan en la carta, por aquello de guardar las apariencias, pero en la nevera si) mientras disfrutamos de una penosa exibicion de musica y danza tradicional (guiri total).

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