El 1 de septiembre (los propósitos de año nuevo los empiezas el primer día o no los empiezas), intenté matricularme en la escuela de música para seguir con mis clases de guitarra, tras un breve paréntesis de 3 cursos. Como la escuela de música depende del ayuntamiento (funcionarios, recordemos), el 1 de septiembre no iban a estar allí para mí (ilusa)... bueno, en realidad si que estaban, pero no me hicieron ni puto caso, que para el caso es lo mismo que si no hubieran estado.
Se quedaron mi teléfono (el número, no te pienses, son ladrones, pero con más disimulo) y me dijeron que ya me llamarían, y amiguito, cuando alguien te diga esa frase no te va a llamar, así que si de verdad te interesa el asunto en cuestión, pide tú el número (cosa que yo no hice). En vista de que el día 12 no me habían llamado y las clases empezaban el 15 llamé yo, pero el 12 era un viernes posterior a un jueves 11 festivo, así que una vez más mis amigos los funcionarios no iban a estar en su puesto de trabajo para hablar conmigo, claro. Y allí no estuvieron el viernes 12, ni las mañanas del lunes 15, el martes 16, el miércoles 17, jueves 18, ni viernes 19 ¿a qué mola?
Anteayer día 23, algún santo cayó del cielo (será por las tormentas que arrasan media España) y pude contactar con esa gente. Quedamos que tenía que pasarme por allí. Ayer me pasé para decirles mi nombre, dirección, fecha de nacimiento, correo electrónico, número de teléfono (otra vez) y lo más importante de todo el número de cuenta (a qué con el interés que han mostrado parecía que las clases iban a ser gratis).
Y digo yo, ¿no me podían haber tomado esos datos el 1 de septiembre y ahorrarme un viaje y unas 12 llamadas de teléfono? En fin, que el 7 de octubre empiezo otra vez las clases de guitarra, eléctrica esta vez, a ver si empiezo a hacer uso de esos 600 euros que han estado en una funda en un rincón durante los últimos 4 años, tambien conocidos como Fender Stratocaster (como la de Eric Clapton, pero nueva).
De fondo el Absolutely Acoustic de The Cranberries, un concierto en acústico (muy avispado si lo habías adivinado) grabado entre el Fleadh Festival del 11 de junio de 1994 y el MTV Unplugged en la Academia de Música de Brooklyn el 13 de febrero de 1995.
Se quedaron mi teléfono (el número, no te pienses, son ladrones, pero con más disimulo) y me dijeron que ya me llamarían, y amiguito, cuando alguien te diga esa frase no te va a llamar, así que si de verdad te interesa el asunto en cuestión, pide tú el número (cosa que yo no hice). En vista de que el día 12 no me habían llamado y las clases empezaban el 15 llamé yo, pero el 12 era un viernes posterior a un jueves 11 festivo, así que una vez más mis amigos los funcionarios no iban a estar en su puesto de trabajo para hablar conmigo, claro. Y allí no estuvieron el viernes 12, ni las mañanas del lunes 15, el martes 16, el miércoles 17, jueves 18, ni viernes 19 ¿a qué mola?
Anteayer día 23, algún santo cayó del cielo (será por las tormentas que arrasan media España) y pude contactar con esa gente. Quedamos que tenía que pasarme por allí. Ayer me pasé para decirles mi nombre, dirección, fecha de nacimiento, correo electrónico, número de teléfono (otra vez) y lo más importante de todo el número de cuenta (a qué con el interés que han mostrado parecía que las clases iban a ser gratis).
Y digo yo, ¿no me podían haber tomado esos datos el 1 de septiembre y ahorrarme un viaje y unas 12 llamadas de teléfono? En fin, que el 7 de octubre empiezo otra vez las clases de guitarra, eléctrica esta vez, a ver si empiezo a hacer uso de esos 600 euros que han estado en una funda en un rincón durante los últimos 4 años, tambien conocidos como Fender Stratocaster (como la de Eric Clapton, pero nueva).
De fondo el Absolutely Acoustic de The Cranberries, un concierto en acústico (muy avispado si lo habías adivinado) grabado entre el Fleadh Festival del 11 de junio de 1994 y el MTV Unplugged en la Academia de Música de Brooklyn el 13 de febrero de 1995.
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