26 septiembre 2008
25 septiembre 2008
La vuelta al cole
El 1 de septiembre (los propósitos de año nuevo los empiezas el primer día o no los empiezas), intenté matricularme en la escuela de música para seguir con mis clases de guitarra, tras un breve paréntesis de 3 cursos. Como la escuela de música depende del ayuntamiento (funcionarios, recordemos), el 1 de septiembre no iban a estar allí para mí (ilusa)... bueno, en realidad si que estaban, pero no me hicieron ni puto caso, que para el caso es lo mismo que si no hubieran estado.
Se quedaron mi teléfono (el número, no te pienses, son ladrones, pero con más disimulo) y me dijeron que ya me llamarían, y amiguito, cuando alguien te diga esa frase no te va a llamar, así que si de verdad te interesa el asunto en cuestión, pide tú el número (cosa que yo no hice). En vista de que el día 12 no me habían llamado y las clases empezaban el 15 llamé yo, pero el 12 era un viernes posterior a un jueves 11 festivo, así que una vez más mis amigos los funcionarios no iban a estar en su puesto de trabajo para hablar conmigo, claro. Y allí no estuvieron el viernes 12, ni las mañanas del lunes 15, el martes 16, el miércoles 17, jueves 18, ni viernes 19 ¿a qué mola?
Anteayer día 23, algún santo cayó del cielo (será por las tormentas que arrasan media España) y pude contactar con esa gente. Quedamos que tenía que pasarme por allí. Ayer me pasé para decirles mi nombre, dirección, fecha de nacimiento, correo electrónico, número de teléfono (otra vez) y lo más importante de todo el número de cuenta (a qué con el interés que han mostrado parecía que las clases iban a ser gratis).
Y digo yo, ¿no me podían haber tomado esos datos el 1 de septiembre y ahorrarme un viaje y unas 12 llamadas de teléfono? En fin, que el 7 de octubre empiezo otra vez las clases de guitarra, eléctrica esta vez, a ver si empiezo a hacer uso de esos 600 euros que han estado en una funda en un rincón durante los últimos 4 años, tambien conocidos como Fender Stratocaster (como la de Eric Clapton, pero nueva).
De fondo el Absolutely Acoustic de The Cranberries, un concierto en acústico (muy avispado si lo habías adivinado) grabado entre el Fleadh Festival del 11 de junio de 1994 y el MTV Unplugged en la Academia de Música de Brooklyn el 13 de febrero de 1995.
Se quedaron mi teléfono (el número, no te pienses, son ladrones, pero con más disimulo) y me dijeron que ya me llamarían, y amiguito, cuando alguien te diga esa frase no te va a llamar, así que si de verdad te interesa el asunto en cuestión, pide tú el número (cosa que yo no hice). En vista de que el día 12 no me habían llamado y las clases empezaban el 15 llamé yo, pero el 12 era un viernes posterior a un jueves 11 festivo, así que una vez más mis amigos los funcionarios no iban a estar en su puesto de trabajo para hablar conmigo, claro. Y allí no estuvieron el viernes 12, ni las mañanas del lunes 15, el martes 16, el miércoles 17, jueves 18, ni viernes 19 ¿a qué mola?
Anteayer día 23, algún santo cayó del cielo (será por las tormentas que arrasan media España) y pude contactar con esa gente. Quedamos que tenía que pasarme por allí. Ayer me pasé para decirles mi nombre, dirección, fecha de nacimiento, correo electrónico, número de teléfono (otra vez) y lo más importante de todo el número de cuenta (a qué con el interés que han mostrado parecía que las clases iban a ser gratis).
Y digo yo, ¿no me podían haber tomado esos datos el 1 de septiembre y ahorrarme un viaje y unas 12 llamadas de teléfono? En fin, que el 7 de octubre empiezo otra vez las clases de guitarra, eléctrica esta vez, a ver si empiezo a hacer uso de esos 600 euros que han estado en una funda en un rincón durante los últimos 4 años, tambien conocidos como Fender Stratocaster (como la de Eric Clapton, pero nueva).
De fondo el Absolutely Acoustic de The Cranberries, un concierto en acústico (muy avispado si lo habías adivinado) grabado entre el Fleadh Festival del 11 de junio de 1994 y el MTV Unplugged en la Academia de Música de Brooklyn el 13 de febrero de 1995.
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Guitarra,
La Vida Es Así
19 septiembre 2008
Game Over
Por si no te habías enterado (si es así es que acabas de llegar del Antártida o de retiro espiritual o algo por el estilo) Madonna ha estado en España. ¡¡¡¡¡¡Y yo he ido a verla!!!!!!
Y 750 kilómetros después ya estoy de vuelta en casa para contártelo. El concierto fue en el Circuit de la Comunitat Valenciana, en Cheste... bueno, en realidad fue en el párking del circuito, y si a esto le añadimos que las entradas del concierto las vendían en el Carreful, de ser Madonna, yo me cabrearía un poco bastante, porque 25 años y 150 millones de discos después, aquí la tratan como a los niñatos recién salidos de OT... pero yo no soy Madonna, así que me callo.
Llegamos a València sobre las 17. Previo paso por el aeropuerto enfilamos hacia Cheste, donde sólo hay un kilómetro de caravana para entrar (un punto a favor para la organización, porque yo esperaba cola desde Castelló). Sobre las 19 entramos en el recinto, y decidimos cambiar el agua al canario antes de situarnos. Empiezo la cola del baño con gafas de sol y la acabo de noche, ¡una hora y cuarto después! (20 lavabos para 50.000 personas, ¿a qué está super bien calculado? 2.500 personas por w.c.). Para amenizar la espera sale al escenario la telonera, una tal Robyn, una sueca que así de primeras no suena de nada, pero cuando empieza a cantar tiene un par de temas bastante conocidos.
Pero aquí a quien hemos venido a ver es a La Señora, que a las 22.00 sale sentada en su trono. A las 22.01 se levanta y no para hasta las 23.55. Entre dos canciones el público grita Madonna, Madonna, Madonna, y la Señora, como mujer agradecida que es dice "¿Me vais a dejar cantar mi canción?". La Señora es sabia, porque sabe que hemos pagado una pasta por escuchar como canta ella, además, ella ha venido a cantar, no a escucharnos gritar, ahí tiene su razón.
Y, como ya he dicho, a las 23.55 se va por donde ha venido y nos deja hasta la gira que viene (es lo bueno de que haya firmado por diez años con una promotora de conciertos, ahora no se especula sobre si esta será su última gira, como se había hecho con las tres últimas). En resumen, esta mujer es una profesional de su trabajo, sabe lo que el público quiere y sabe lo que se tiene que hacer para dárselo, y con esos tres puntos cumplidos Madonna puede seguir siendo Madonna el tiempo que a ella le de la gana.
Y 750 kilómetros después ya estoy de vuelta en casa para contártelo. El concierto fue en el Circuit de la Comunitat Valenciana, en Cheste... bueno, en realidad fue en el párking del circuito, y si a esto le añadimos que las entradas del concierto las vendían en el Carreful, de ser Madonna, yo me cabrearía un poco bastante, porque 25 años y 150 millones de discos después, aquí la tratan como a los niñatos recién salidos de OT... pero yo no soy Madonna, así que me callo.
Llegamos a València sobre las 17. Previo paso por el aeropuerto enfilamos hacia Cheste, donde sólo hay un kilómetro de caravana para entrar (un punto a favor para la organización, porque yo esperaba cola desde Castelló). Sobre las 19 entramos en el recinto, y decidimos cambiar el agua al canario antes de situarnos. Empiezo la cola del baño con gafas de sol y la acabo de noche, ¡una hora y cuarto después! (20 lavabos para 50.000 personas, ¿a qué está super bien calculado? 2.500 personas por w.c.). Para amenizar la espera sale al escenario la telonera, una tal Robyn, una sueca que así de primeras no suena de nada, pero cuando empieza a cantar tiene un par de temas bastante conocidos.
Pero aquí a quien hemos venido a ver es a La Señora, que a las 22.00 sale sentada en su trono. A las 22.01 se levanta y no para hasta las 23.55. Entre dos canciones el público grita Madonna, Madonna, Madonna, y la Señora, como mujer agradecida que es dice "¿Me vais a dejar cantar mi canción?". La Señora es sabia, porque sabe que hemos pagado una pasta por escuchar como canta ella, además, ella ha venido a cantar, no a escucharnos gritar, ahí tiene su razón.
Y, como ya he dicho, a las 23.55 se va por donde ha venido y nos deja hasta la gira que viene (es lo bueno de que haya firmado por diez años con una promotora de conciertos, ahora no se especula sobre si esta será su última gira, como se había hecho con las tres últimas). En resumen, esta mujer es una profesional de su trabajo, sabe lo que el público quiere y sabe lo que se tiene que hacer para dárselo, y con esos tres puntos cumplidos Madonna puede seguir siendo Madonna el tiempo que a ella le de la gana.
12 septiembre 2008
Murphy
Saludo el septiembre desde su décimo segundo día, porque en lo que llevamos de mes he estado demasiado rayada como para que se me ocurriera algo que escribir.
Murphy me dice que si hay alguna posibilidad de que te pillen, te van a pillar, sobre todo si tienes un historial tan gafe como el mío. Así que, amiguitos, la moraleja del día es: no hagais trampas.
En otro punto de la orden del día: ¡Queda menos de una semana para ver a la Señora!!!!!! Sospecho que otra vez del tamaño de un Polly Pocket, aunque quizá esta vez avancemos hasta el nivel de Pin y Pon, pero ¡¿qué más da?!
Murphy me dice que si hay alguna posibilidad de que te pillen, te van a pillar, sobre todo si tienes un historial tan gafe como el mío. Así que, amiguitos, la moraleja del día es: no hagais trampas.
En otro punto de la orden del día: ¡Queda menos de una semana para ver a la Señora!!!!!! Sospecho que otra vez del tamaño de un Polly Pocket, aunque quizá esta vez avancemos hasta el nivel de Pin y Pon, pero ¡¿qué más da?!
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