Después de más de un mes en el dique seco, y por petición popular, vuelvo, y lo hago con una crítica cinematográfica, como en los buenos tiempos.
Mientras veía la película ya estaba pensando en lo que iba a escribir, y durante una parte de la película creía que iba a empezar el post con un “No, No, No...” pero no va a ser así, ni mucho menos.
He salido del cine con la sensación de haber invertido bien los 6 euros 60 que me han clavado por la entrada. La peli acaba en el mejor momento, te deja con una sonrisa de oreja a oreja. De hecho, nadie se ha levantado hasta que los créditos ya llevaban un par de minutos desfilando.
En la crítica del ¡Qué Me Dices! (que le vamos a hacer, en el trabajo sólo tenemos esa y el ¡Hola!) decían que es puro Tarantino. No estoy de acuerdo. No hay sangre, y sin 500 litros de zumo de tomate no se puede considerar algo “puro Tarantino”, pero Tarantino no necesita ser “puro Tarantino” para hacer una buenísima película.
La película está dividida en dos partes (no es un secreto que este hombre divide sus películas), y durante buena parte de la primera he pensado que Kill Bill iba a ser muy difícil de superar, y más si no formaba equipo con Uma Thurman, pero en algún momento (no sé en cual) la cosa ha cambiado, y desde el final de la primera parte, y durante toda la segunda es alucinante.
Si te gusta Tarantino, seguro que ya la has visto, o tienes pensado hacerlo. Si no te gusta seguro que tienes pensado no verla. No lo hagas, tú te lo pierdes. Es una peli de coches dirigida por Tarantino, rollo serie B setentera, homenaje a los especialistas de cine y con su humor negro característico y esperado.
En resumen, un 10 para Death Proof. Hacía mucho que una película no me dejaba una sensación tan buena.
Mientras veía la película ya estaba pensando en lo que iba a escribir, y durante una parte de la película creía que iba a empezar el post con un “No, No, No...” pero no va a ser así, ni mucho menos.
He salido del cine con la sensación de haber invertido bien los 6 euros 60 que me han clavado por la entrada. La peli acaba en el mejor momento, te deja con una sonrisa de oreja a oreja. De hecho, nadie se ha levantado hasta que los créditos ya llevaban un par de minutos desfilando.
En la crítica del ¡Qué Me Dices! (que le vamos a hacer, en el trabajo sólo tenemos esa y el ¡Hola!) decían que es puro Tarantino. No estoy de acuerdo. No hay sangre, y sin 500 litros de zumo de tomate no se puede considerar algo “puro Tarantino”, pero Tarantino no necesita ser “puro Tarantino” para hacer una buenísima película.
La película está dividida en dos partes (no es un secreto que este hombre divide sus películas), y durante buena parte de la primera he pensado que Kill Bill iba a ser muy difícil de superar, y más si no formaba equipo con Uma Thurman, pero en algún momento (no sé en cual) la cosa ha cambiado, y desde el final de la primera parte, y durante toda la segunda es alucinante.
Si te gusta Tarantino, seguro que ya la has visto, o tienes pensado hacerlo. Si no te gusta seguro que tienes pensado no verla. No lo hagas, tú te lo pierdes. Es una peli de coches dirigida por Tarantino, rollo serie B setentera, homenaje a los especialistas de cine y con su humor negro característico y esperado.
En resumen, un 10 para Death Proof. Hacía mucho que una película no me dejaba una sensación tan buena.
1 comentario:
Buena recomendación, tus seguidores te haremos caso, jeje.
Saludos.
Publicar un comentario