No voy a ser yo quien hable bien de Renfe, ni quien les haga buena propaganda, pero en estos días, y sin que sirva de precedente, han puesto en marcha una buena iniciativa. Si viajas en cercanías y el volumen de tu mp3 te lo permite, seguro que ya has escuchado algo. Se han inventado el billete solidario. Un billete que cuesta un euro y que no sirve para viajar (sigue siendo Renfe, no te emociones).
Se supone que el importe íntegro del billete va a parar a alguna causa noble en Haití y, además, el señor Juan Renfe, que está que lo tira, va a donar la misma cantidad que se recaude con los billetes que compre el personal, de mi bolsillo, perdón, del suyo, que me he equivocado.
Así que un eurillo no es tanto. Lo puedes comprar en las máquinas expendedoras y en taquillas de las estaciones. No está mal.
Por cierto, sólo por si te lo estabas preguntando, volví de Marrakesh.
Se supone que el importe íntegro del billete va a parar a alguna causa noble en Haití y, además, el señor Juan Renfe, que está que lo tira, va a donar la misma cantidad que se recaude con los billetes que compre el personal, de mi bolsillo, perdón, del suyo, que me he equivocado.
Así que un eurillo no es tanto. Lo puedes comprar en las máquinas expendedoras y en taquillas de las estaciones. No está mal.
Por cierto, sólo por si te lo estabas preguntando, volví de Marrakesh.
1 comentario:
tía, yo sí, y aunque está bien tu post sobre Haití, esperaba alguna "anéndota" de los Marruecos...
ya sabes que yo te leo y te soy fiel
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