06 noviembre 2009

Qué día más olvidable

Hoy hace exactamente 8 años que me metí por primera vez en un tren con intención de trabajar.

Y para celebralo, el viaje de hoy ha sido una mierda. Un compañero pesado como él solo. A la ida se metió en mi departamento y estuvo hablando de algo (no sé de qué, a los 10 minutos desconecté) durante cerca de 2 horas. Para la vuelta me dije yo "ve tú primero a verle, estás 10 minutos y luego te largas"... inocente de mi. Cada vez que decía "bueno, me voy" él me ignoraba por completo y seguía hablando (sigo sin saber de qué). Cuando mi cabeza ya doblaba su tamaño habitual me levanté y salí del departamento... y él se levantó y salió del departamento detrás de mí...

Por si mi compañero pesado no era sufiiciente hemos llevado un jefe de mierda. De esos que se piensan que son alguien, pero que son tan poco que tienen que hacer puntos a costa del más débil (en el caso que nos ocupa yo), así que si en algún momento había pensado en desaparecer y ponerme en stand-by durante un rato, he tenido que cambiar de planes.

Por si mi compañero pesado y el jefe mierdecilla este no eran bastante, hoy me ha tocado el autobusero chisposo/hablador. Antes de subir al bus ya me ha parecido que tenía complejo de graciosillo, por el rato que ha tardado en abrir la puerta. En fin, yo con mi periódico en la mano, con intención de sentarme por ahí al fondo y leer hasta llegar a mi parada... ¡pues no! (iba a haber algo normal en el día de hoy... acabáramos). No me ha dado tiempo ni ha meter la T-10 en el sitio donde se meten las T-10 (¿cómo se llama ese carcharro?).

- ¿Tú eres azafata, no?

(¿Yo? Qué va hombre, lo que pasa es que me gusta ir a comprar el periódico con maleta, y más aún combinar las rayas y los cuadros).

-Sí.
-Bla bla bla (20 minutos más, sólo por si aún tenía alguna neurona en buen estado).

1 comentario:

Javi dijo...

Joder...
Que putadas, tia