Vuelvo, casi un mes después de mi última entrada. Lo de vuelvo es un decir, porque en realidad no me he movido de aquí, por lo menos, no más de lo habitual.
Lo más destacable es que he conseguido cambiar mi quincena de vacaciones de verano de la segunda de junio (eso ni es verano ni es nada) por la segunda de agosto (como lo señores) y, por tanto, ya no me queda menos de un mes para volver a ser libre; ahora me quedan casi 3, pero sarna con gusto no pica, y se supone que van a estar bastante mejor de lo que iban a ser. Ya se verá y hasta ahí puedo leer.
Por otra parte, este ha sido el primer fin de semana de fiesta desde enero (y encima lo he conseguido cambiando viajes, no te pienses que me tocaba). He dormido 8 horas entre los 2 días, y tanto sábado como domingo me he levantado a las 7.30 de la mañana. Creo que me han engañado, porque yo no recordaba así de cansados los fines de semana...
Ayer, como parte de las celebraciones de una treintena, y como ya va siendo habitual, sacamos de la cama a la interesada (interesada en seguir durmiendo, claro), la secuestramos y a Zaragoza, a pasar el día. 4 horas más tarde entramos en la capital maña.
- Calle Don Jaime I.
- Plaza España.
- Paseo de la Independencia.
- Aparcamos en Hernando de Aragón (horas más tarde nos enteraremos de que esa calle no existe).
- Vuelta al punto inicial caminando.
- Plaza del Pilar.
- Plaza del Pilar.
- Plaza del Pilar.
- A por el típico bocata de calamares (según estudios recientes, algunos de ayer mismo, no es típico de Madrid, no te engañes).
- Nos quedamos sin el típico bocata de calamares porque el Calamar Bravo es tan famoso, y su dueño se gana tan bien la vida, que no necesita abrir los domingos.
- Una señora que no es bruja, es de Dios (ah, bueno, me quedo más tranquila) nos echa bien de ojo y me planta 4 besos en menos de un minuto.
- Plaza del Pilar.
- Río Ebro.
- Ruinas Romanas.
- Una Rana que echa agua.
- De vuelta al coche.
- Anda es verdad, aquí hubo una Expo.
- Recinto de la Expo.
- Carretera y manta.
Lo más destacable es que he conseguido cambiar mi quincena de vacaciones de verano de la segunda de junio (eso ni es verano ni es nada) por la segunda de agosto (como lo señores) y, por tanto, ya no me queda menos de un mes para volver a ser libre; ahora me quedan casi 3, pero sarna con gusto no pica, y se supone que van a estar bastante mejor de lo que iban a ser. Ya se verá y hasta ahí puedo leer.
Por otra parte, este ha sido el primer fin de semana de fiesta desde enero (y encima lo he conseguido cambiando viajes, no te pienses que me tocaba). He dormido 8 horas entre los 2 días, y tanto sábado como domingo me he levantado a las 7.30 de la mañana. Creo que me han engañado, porque yo no recordaba así de cansados los fines de semana...
Ayer, como parte de las celebraciones de una treintena, y como ya va siendo habitual, sacamos de la cama a la interesada (interesada en seguir durmiendo, claro), la secuestramos y a Zaragoza, a pasar el día. 4 horas más tarde entramos en la capital maña.
- Calle Don Jaime I.
- Plaza España.
- Paseo de la Independencia.
- Aparcamos en Hernando de Aragón (horas más tarde nos enteraremos de que esa calle no existe).
- Vuelta al punto inicial caminando.
- Plaza del Pilar.
- Plaza del Pilar.
- Plaza del Pilar.
- A por el típico bocata de calamares (según estudios recientes, algunos de ayer mismo, no es típico de Madrid, no te engañes).
- Nos quedamos sin el típico bocata de calamares porque el Calamar Bravo es tan famoso, y su dueño se gana tan bien la vida, que no necesita abrir los domingos.
- Una señora que no es bruja, es de Dios (ah, bueno, me quedo más tranquila) nos echa bien de ojo y me planta 4 besos en menos de un minuto.
- Plaza del Pilar.
- Río Ebro.
- Ruinas Romanas.
- Una Rana que echa agua.
- De vuelta al coche.
- Anda es verdad, aquí hubo una Expo.
- Recinto de la Expo.
- Carretera y manta.
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