Señales de vida

Sigo viva... más o menos, porque no dormía más de 5 horas seguidas desde el jueves, y eso hace estragos. Para tu tranquilidad, debo comunicarte que no ha habido cambios sustanciales en mi existencia: no me he casado, sigo teniendo 21 años... lo de siempre, pero con unos 20 mil kilómetros más en el cuerpo.

He vuelto a A Coruña (¡y por partida doble!), y el viernes (de ahí radican mis problemas para dormir) se me fue bien la olla y acabé en las Fallas. La cosa fue más o menos:

Jueves
18.00: Salgo de A Coruña.
19.11: - Oye, dile a la reserva que mire mi próximo viaje.
- El sábado a Cádiz.
19.12: ¿Nos vamos a las Fallas? (se aprecia perfectamente que no me dio tiempo a pensar las consecuencias).
19.13: Claro (no soy la única que no se piensa las cosas dos veces).
20.50: ¿Me llevas mañana a Valencia?

Viernes:
11.08: Ya estamos en Barcelona.
12.00: Me sueltan del trabajo.
13.00: A la cama.
17.30: Venga p’arriba.
18.45: Dentista.
19.45: Después de una hora con un parche de látex en la boca ya puedo volver a encajar la mandíbula. Corre pa’l tren.
20.30: Otra vez a bordo.
21.30: Salimos para Valencia.

Sábado:
00.00: Happy St. Patrick!
00.49: ¡Qué vivan las Fallas!
05.00: Qué raro, la Renfe se retrasa.
05.20: De vuelta en el tren.
09.50: Barcelooooona.
11.30: Mi cama.
16.30: ¿Ya estoy despierta?
20.00: Vuelta al tajo. Tira pa’ Cadiz.

Creo que tengo sobredosis de tren... Mañana reserva, y sin que sirva de precedente, espero pincharla.