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Esta vez en 3D y pantalla IMAX (grande como un bloque de pisos). Y yo que no acabo de encontrarle el punto al 3D. Llámame rara o antigua, pero no sé a dónde mirar.
A Alicia le van a pedir en matrimonio, pero ella no lo tiene muy claro, así que sale corriendo en busca de una cosilla que le está llamando, y acaba en el País de las Maravillas, donde, como todos sabemos, ella ya ha estado, o no... A partir de ahí Burton se pone en acción, con su señora a la cabeza (nunca mejor dicho), para conseguir que Alicia haga memoria y encuentre su muchedad. Y no voy a contar más.
El reparto (Crispin Glover, el padre de Michael J. Fox en Regreso al Futuro, se parece sospechosamente a Eduardo Manostijeras, sólo que tiene dedos y un poco más de mala leche) y el vestuario (Collen Atwood se sale trasladando a tela los dibujos de Burton) de diez. El señor Danny Elfmann (responsable de la música del 90% de las películas de Tim Burton) no está muy reconocible aquí, pero según los títulos de crédito ahí está. Efectos y todo eso muy bien. De hecho, creo que lo más flojo de la película es el argumento, pero ya está todo lo demás para suplirlo. Así que a verla. Y a esperar, que ya queda menos para el largo de Frankenweenie.